Construir una marca, dotarla de un significado, de un valor y de unos principios es el punto de partida de un negocio. Porque lo que queremos vender nos define.
Después, gestionarla bien y saber venderla será más fácil si tenemos claro el valor de nuestro producto y nuestros objetivos.
Si nos queremos posicionar en un sector debemos de encontrar nuestro valor de marca: porque cuando piensen en ti ¿a qué quieres que te asocien? A tu producto o servicio, claro, por eso es tan importante lo que queremos transmitir y cómo lo hacemos.
Hemos creado un producto o diseñado un servicio para que nos busquen, nos encuentren y nos elijan. Nuestro valor de marca es lo que el cliente está buscando, nos hace relevantes frente a otros y provoca que dejemos huella y que nos conozcan y nos reconozcan. Además, el “boca a boca” en el mundo digital funciona de igual manera que en la vida real, solo que ampliado a millones de personas. Si te valoran, hablan de ti y te recomiendan y eso es publicidad para tu marca.
Para definir el producto hay que tener claras las fortalezas y los puntos débiles, crear una identidad de marca y ofrecer un producto útil, fiable y de calidad. Respóndete: ¿qué es lo que ofrece mi producto? ¿qué lo diferencia respecto a otros del mismo segmento de mercado? Esto es lo primero que hay que conocer para salir a buscar a nuestros clientes potenciales. Conocer a tus referentes también es primordial, nunca hay que perderlos de vista, seguir su trayectoria, campañas y novedades.
Tu marca, el espíritu de tu empresa
Tu marca es lo que te diferencia de tus competidores, tu seña de identidad, lo que afirma cuáles son tus valores y los principios por los que te riges; a través de la marca el cliente puede conocer cuál es tu experiencia y a través de ella compartirás la emoción de crearla. Las emociones tienen tanto peso como los hechos. Si ofreces confianza, si sabes transmitir tu valor, convencerás. Si convences, venderás.
Los elementos visuales de una marca es lo primero que ve el cliente: un logotipo, una imagen, un color corporativo, la tipografía, el diseño gráfico del producto o servicio y de la página web. Elegirlos y diseñarlos bien es fundamental para identificarte y distinguirte.
La imagen que crees debe de ser auténtica, representarte, y tú debes de identificarte con ella. No puedes, o por lo menos no debes, ofrecer aquello en lo que no crees. Es tu carta de presentación ¡cuídala!
La necesidad de promocionar un negocio ha existido desde siempre, al igual que la misma necesidad de emprender. Por este motivo, con el avance de la sociedad y la tecnología, han surgido métodos para poder conectar con el público de manera positiva. En la actualidad, con el uso masificado de internet, cada vez más empresas …
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